lunes, 18 de agosto de 2025

EL MAESTRO (THE TEACHER)

Dirección: Farah Nabulsi 
Guion: Farah Nabulsi
Reparto: Saleh Bakri, Imogen Poots, Muhammad Abed Elrahman, Stanley Townsend, Paul Herzberg, Mahmoud Bakri
Música: Alex Baranowski 
Fotografía: Gilles Porte 
Montaje: Mike Pike
Distribuidora: Filmin 
Año: 2025
Título Original: The Teacher
Estreno En España: 04/08/25  en plataformas Filmin dentro del AMFF 
Género: Drama, Thriller 
Duración:118 Minutos 

ARGUMENTO 
Un maestro de escuela palestino lucha por reconciliar su arriesgado compromiso con la resistencia política cuando tiene la posibilidad de una relación con una trabajadora voluntaria británica, Lisa. Al mismo tiempo, consolida su apoyo emocional a uno de sus alumnos, Adam.

CRÍTICA 
Farah Nabulsi firma con El Maestro su ópera prima de largometraje, y lo hace con una madurez sorprendente, como si llevara décadas afinando la mirada antes de apretar el botón de la cámara. Lo que podría haberse quedado en un drama político más sobre el conflicto palestino-israelí se transforma aquí en una reflexión profunda, incómoda y necesaria sobre el acto de educar en medio del caos, sobre la fragilidad de la esperanza y sobre la dignidad como último bastión cuando todo lo demás ha sido arrebatado..

Desde el primer plano, Nabulsi nos mete de lleno en la realidad de la Cisjordania ocupada: calles vigiladas, controles militares, registros arbitrarios… un paisaje donde la vida parece desarrollarse bajo un constante “permiso revocable”. Pero en medio de este entorno hostil aparece Basem El-Saleh, interpretado por un extraordinario Saleh Bakri, que desde su primera escena transmite una serenidad contenida, una autoridad moral que no se impone con gritos sino con la fuerza de quien cree en lo que dice, aunque cada día le cueste un poco más sostenerlo.

Basem enseña en una escuela modesta, casi improvisada, donde intenta convencer a sus alumnos de que la educación es la llave que puede abrirles las puertas del futuro. El problema es que fuera del aula la realidad les grita lo contrario: soldados que entran sin previo aviso, casas derribadas, detenciones injustificadas. El mensaje de “la educación os salvará” suena hueco cuando tu hermano ha estado en prisión o tu familia ha perdido su hogar

La llegada de Lisa (Imogen Poots), una joven voluntaria inglesa con la mejor de las intenciones, altera el delicado equilibrio que Basem había construido. Lisa quiere ayudar, quiere involucrarse, pero no tarda en descubrir que aquí la compasión también tiene consecuencias y que cualquier gesto puede ser interpretado como una provocación. Entre ambos nace una relación marcada por la complicidad y el respeto, pero también por las diferencias culturales y por la distinta capacidad para asumir riesgos.

A medida que la película avanza, Nabulsi no se limita a mostrar la opresión; nos obliga a vivirla desde dentro. El guion combina escenas cotidianas —clases, partidos de fútbol, pequeños momentos de alegría— con ráfagas de violencia y tensión que estallan sin previo aviso. Esa alternancia genera un pulso narrativo que se intensifica hasta desembocar en un dilema moral: ¿puede un maestro quedarse al margen cuando la injusticia se vuelve insoportable? ¿O debe tomar partido, aunque eso signifique poner en peligro todo lo que le queda?

Aquí es donde El Maestro se eleva por encima del mero relato de denuncia. La película se adentra en el territorio del thriller moral, donde cada decisión tiene un peso devastador. Nabulsi filma las escenas clave con una sobriedad milimétrica, evitando subrayados emocionales y confiando en la fuerza de las interpretaciones. Saleh Bakri entrega una actuación que combina la contención con una intensidad latente; sus silencios son tan elocuentes como sus palabras. Imogen Poots aporta frescura y humanidad a un personaje que sirve de puente para el espectador occidental, mostrando tanto su solidaridad como sus limitaciones para comprender del todo la magnitud del conflicto..

La fotografía de Gilles Porte merece mención aparte: los tonos cálidos y polvorientos de las aulas contrastan con los grises metálicos de los puestos de control y los destellos agresivos de las linternas militares. Ese contraste visual refuerza la dicotomía entre el refugio de la enseñanza y la crudeza del mundo exterior.

El montaje es deliberadamente pausado al inicio, dejándonos respirar y conocer a los personajes, para después ir acortando los tiempos, aumentando la tensión hasta llegar a un clímax que no solo es narrativo, sino también emocional. Cuando llega el desenlace, el espectador siente el peso acumulado de cada mirada, cada gesto, cada silencio.

El Maestro no es una película fácil ni cómoda, y precisamente por eso es tan necesaria. Te deja hundido, con un nudo en la garganta y la certeza de haber visto algo honesto, valiente y profundamente humano. Es cine que no busca distraer, sino sacudir conciencias. Un recordatorio de que, incluso en las circunstancias más adversas, siempre habrá quienes sigan enseñando, guiando y protegiendo… aunque el precio a pagar sea altísimo.

NOTA 7,5/10







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