Dirección: Carlos Goitia
Guion: Gonzalo Mellid, Camilo Zaffora
Reparto: Paula Brasca, Damián Castillo , Catalina Motto , Marta Quarleri, Luciana Contreras, Camila Lerchundi, Lara Idiart, Daniela Roitman, Milagros Ribet
Fotografía: Luciano Montes de Oca
Música: Luciano Onetti
Producción: Nicolás Onetti, Carlos Goitia, Michael Kraetzer, Sayf Aram, Kenneth A. Bressers
Productoras: Black Mandala, Dystopia Films
Distribuidora : Castelao Pictures, Filmax
Año: 2025
Título Original: Play Dead
Estreno En España:29/03/25 en plataformas AMC + y Planett Horror
Género: Terror
Duración: 71 Minutos.
ARGUMENTO
Una mujer se despierta herida en un sótano rodeada de cadáveres. Para sobrevivir, finge estar muerta mientras se desarrolla un grotesco ritual en la casa de arriba.
CRÍTICA
Hay películas que, aun sabiendo que están lejos de rozar la excelencia, se ganan nuestro respeto por su sinceridad, su entrega y su amor por el género que habitan. Play Dead, el modesto pero efectivo filme de terror del director argentino Carlos Goitia, es una de ellas. Un slasher austero, de escasos medios y breve metraje, que no disimula sus referentes —La matanza de Texas, Hostel, El sótano del miedo— y que, sin embargo, logra inquietar, mantenernos en tensión y, sobre todo, recordarnos por qué el terror sigue siendo terreno fértil para los creadores que apuestan por la atmósfera y la angustia más allá del susto fácil
La premisa no puede ser más directa: una joven se despierta en un sótano oscuro y lúgubre. Pronto descubre que está secuestrada por un personaje enmascarado, más cercano al mito que al ser humano, y que a su alrededor todo está rodeado de cadáveres de chicas. No hay escapatoria, no hay redención, solo queda sobrevivir. Y en ese duelo entre la víctima y su captor se condensa toda la tensión de una película que, con sus escasos 71 minutos de duración, no se anda con rodeos
.
Carlos Goitia, curtido en el cine independiente y con varios trabajos dentro del género fantástico en su haber, firma aquí una dirección contenida, casi minimalista, donde la cámara se mueve con cautela y los silencios pesan tanto como los gritos. Su criatura enmascarada es un arquetipo, sí, pero tiene presencia. No hay desarrollo psicológico complejo, ni se pretende. La película va a lo esencial: generar incomodidad, sensación de encierro, desesperanza
La protagonista —interpretada con convicción por Paula Brasca una actriz a seguir— sostiene el peso emocional del relato. Su transformación de víctima paralizada a superviviente feroz es quizá predecible, pero está bien ejecutada. La fotografía, granulada y sombría, potencia la crudeza del sótano, que se convierte en una especie de infierno cerrado. La música, discreta, deja espacio al sonido ambiental, a los chirridos, a las respiraciones agitadas
No vamos a engañarnos: Play Dead es una película con limitaciones. El guion es esquemático, algunos efectos prácticos pecan de rudimentarios y el desenlace se antoja precipitado. Pero lo que le falta de sofisticación lo compensa con honestidad. Es una carta de amor —algo macabra, claro— al slasher más físico y claustrofóbico. No reinventa nada, pero se nota que sus responsables conocen y aman el género
En tiempos donde el terror se vuelve cada vez más cerebral o se enreda en subtextos sociopolíticos (lo cual no es malo, por supuesto), Play Dead regresa a lo básico: una chica, un monstruo, una lucha por sobrevivir. Y a veces, eso es más que suficiente.
NOTA 5/10
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