sábado, 21 de junio de 2025

LO QUE QUISIMOS SER

Dirección: Alejandro Agresiva
Guion: Alejandro Agresti
Reparto; Eleonora Wexler, Luis Rubio, Antonio Agresti, Carlos Gorosito, Juan Carlos Kuznir
Fotografía: Marcelo Camorino
Música: Leo Caruso
Productoras: Aleph Media, 1010 Mente Colectiva, Arco Libre, Tronera Producciones, HSVG, Club Media, Mondex & Cie
Distribuidora: Syldavia Cimema
Año: 2024
Título Original: Lo Que Quisimos Ser
Estreno En España: 20/06/25
Género: Drama, Comedia
Duración: 90 minutos

ARGUMENTO .
A la salida de un cine, un hombre y una mujer comienzan a hablar y siguen la conversación en un café cercano. Allí construirán un mundo de fantasía en el que se convertirán en quienes siempre quisieron ser (una escritora y un astronauta) y deciden quedar todos los jueves a la misma hora y en el mismo lugar. Poco a poco se enamoran... pero cuando sus vidas reales entran en juego, tendrán que luchar por proteger su relación.

CRÍTICA 
Lo que quisimos ser llega como una propuesta intimista y minimalista, una película que apuesta por el poder del diálogo y la imaginación para explorar los anhelos y las identidades que nunca llegamos a ser. 
Alejandro Agresti, con su estilo sobrio y pausado, construye un drama sobre dos desconocidos que, tras una sesión de cine, deciden inventar vidas ficticias, vidas que proyectan en cada encuentro semanal con una mezcla de nostalgia y evasión.

La película atrapa al espectador en esos primeros momentos de magia narrativa, ese espacio donde la ficción se convierte en un refugio para personajes que parecen buscar un sentido fuera de su realidad cotidiana. Sin embargo, a medida que avanzan los encuentros, la trama comienza a perder fuerza y ritmo, dejando una sensación de repetición que diluye el interés.

Hay películas que nacen desde lo pequeño, desde lo mínimo, y que aún así, sin hacer ruido ni levantar la voz, logran tocar una fibra íntima. Lo que quisimos ser, lo nuevo de Alejandro Agresti, es precisamente una de esas historias. Una película que, sin pretensiones grandilocuentes, nos coloca frente a una pregunta que muchos evitamos: ¿Qué vida habríamos querido vivir?

Todo arranca con una situación tan simple como sugestiva: dos desconocidos salen de una sala de cine y comienzan a conversar. De esa charla casual nace un pacto: cada semana se reunirán en el mismo café para contarse mutuamente una vida inventada. Él será un astronauta. Ella, una escritora de éxito. Y entre cafés, silencios cómplices y palabras cuidadosamente elegidas, ambos van construyendo una existencia paralela que poco a poco comienza a parecerse más a lo que desearon ser… que a lo que son en realidad

Agresti propone un ejercicio cinematográfico que recuerda al mejor cine argentino intimista. Su cámara, contenida y casi invisible, respeta los tiempos del relato y de los personajes. El Brighton, ese bar-testigo de vidas paralelas, se convierte en un escenario casi teatral donde la palabra es el único vehículo narrativo. Y eso tiene mérito, porque sostener una película casi entera en base a diálogos sin que caiga en la teatralidad impostada no es tarea fácil.

Eleonora Wexler y Luis Rubio sorprenden. Lo suyo no es solo química, sino precisión emocional. Wexler, elegante y melancólica, compone un personaje lleno de capas que transmite tanto con una mirada como con una frase. Rubio, alejado de su registro más popular, se entrega a un papel lleno de humanidad y vulnerabilidad, demostrando una versatilidad inesperada. Ambos construyen una intimidad que traspasa la pantalla y que convierte cada encuentro semanal en un momento que uno espera con la misma ansiedad que ellos.

La película tiene su mayor virtud en esa ternura silenciosa con la que trata a sus personajes, pero también su mayor riesgo. Porque si bien la propuesta es delicada y bien ejecutada, Lo que quisimos ser corre el peligro de instalarse en una cierta reiteración estructural. Cuando el juego narrativo deja de ser novedoso, el relato necesita algo más para no agotarse. Y es justo ahí donde el guion de Agresti se muestra más débil, atrapado en su propia lógica y con dificultades para evolucionar hacia un desenlace verdaderamente poderoso.

Pero eso no impide que estemos ante una obra honesta, serena y profundamente humana. Una película sobre las máscaras que nos construimos para soportar la realidad, sobre la fantasía como refugio, y sobre ese espacio difuso entre lo que somos y lo que alguna vez soñamos ser. No hay artificios, no hay golpes de efecto. Solo dos personas que, semana a semana, se encuentran para ser felices durante una hora

NOTA 4,5/10






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