Dirección: Ryan Coogler
Guion: Ryan Coogler
Reparto; Michael B. Jordan, Hailee Steinfeld:, Miles Caton ,Jack O'Connell, Wunmi Mosak, Jayme Lawso, Delroy Lindo, Omar Benson Miller, Yao: Bo Chow, Li Jun Li: Grace Chow, Saul Williams, Lola Kirk, Peter Dreimanis, Cristian Robinson
Producción: Ryan Coogler, Zinzi Coogler, Sev Ohanian
Fotografía: Autumn Durald Arkapaw
Montaje: Michael P. Shawver
Música original: Ludwig Göransson
Diseño de producción: Hannah BeachlerVestuario: Ruth E. Carter
Estudio: Proximity Media
Distribuidora: Warner Bros. Pictures
Año: 2025
Título Original: Sinners
Estreno En España: 16/04/25
Género: Drama Fantástico
Duración: 138 minutos
Ambientada en 1932, en el delta del Misisipi durante la era de las leyes Jim Crow, Sinners sigue a los hermanos gemelos Elijah "Smoke" y Elias "Stack" Moore, quienes regresan a su ciudad natal con la esperanza de empezar de nuevo. Sin embargo, se enfrentan a una amenaza sobrenatural cuando descubren que su comunidad ha sido infiltrada por vampiros. La película combina elementos de horror, drama y música, explorando temas de racismo, redención y resistencia.
CRÍTICA.
Si algo ha demostrado Ryan Coogler a lo largo de su breve pero sólida carrera es su capacidad para fusionar con inteligencia las raíces culturales afroamericanas con una mirada contemporánea y políticamente lúcida. En Los Pecadores, el director de Fruitvale Station y Black Panther nos entrega la que ya puede considerarse su obra maestra: una sinfonía visual de magia, música y dolor ambientada en el sur profundo de los Estados Unidos, en plena década de 1920. Estamos ante los pecados del alma en tempo de blues
Estamos ante una película difícil de etiquetar. Coogler juega con las reglas del fantástico —pero no del fantástico comercial, sino de ese que destila alma y simbolismo— y lo mezcla con un drama racial descarnado y una banda sonora que es puro corazón: el blues. El resultado es una película que reverbera como una nota sostenida de guitarra en la noche, llena de furia, de poesía y de verdad.
Cuando el cine de género se cruza con la historia, el mito con la denuncia, y el blues con la sangre, sucede algo como Sinners. Ryan Coogler no ha dirigido simplemente una película; ha invocado un estado de ánimo, una memoria colectiva, una pesadilla racial envuelta en terciopelo negro. La suya no es una incursión tímida en el fantástico, sino una zambullida sin red en la tradición sureña del gótico afroamericano. Y lo ha hecho con una elegancia y brutalidad que lo sitúan un escalón por encima de la mayoría de los autores contemporáneos del mainstream.
Un blues de sangre y rendición eso es Los Pecadores Ambientada en el Misisipi de los años 20, Sinners nos introduce en una comunidad negra marcada por el miedo, la segregación y una amenaza aún más oscura: una red de vampiros que habita entre los suyos. Los hermanos Moore, interpretados con energía dual por un Michael B. Jordan magnífico en su doble papel, regresan a su pueblo tras años de ausencia solo para descubrir que los monstruos no solo llevan colmillos, también llevan placas, sotanas y cruces ardiendo.
El trabajo de fotografía de Autumn Durald Arkapaw saca petróleo de la penumbra: faroles de gas, iglesias de madera, ciénagas iluminadas por la luna, sangre en los campos de algodón. El sur profundo se convierte en un personaje más, tan vivo como podrido. Y la música… ay, la música. Ludwig Göransson compone una partitura densa, cruda, que se mezcla con las canciones originales de blues como si fueran un eco del más allá. Hay momentos en los que uno no sabe si está viendo una película o escuchando un lamento ancestral.
La puesta en escena es tan ambiciosa como medida. Los momentos de acción están coreografiados con intensidad, pero nunca se pierde el tono elegíaco. Es cine de género, sí, pero con conciencia, con herida, con poso. Coogler no se contenta con asustar: quiere incomodar, despertar, y en última instancia, sanar.
Michael B. Jordan está inconmensurable, componiendo a dos hermanos con miradas distintas pero almas entrelazadas por la tragedia. Le acompañan una Hailee Steinfeld poderosa como figura trágica, Delroy Lindo como chamán de otra era y un grupo de secundarios que dotan al filme de una textura coral que recuerda a las tragedias griegas. Todos parecen cargados con el peso del pasado. Todos están, en el fondo, condenados.
Sinners es una obra maestra del nuevo fantástico americano. No solo por su ejecución impecable o su mezcla tan orgánica de horror, música y crítica social. Es una película que habla desde el corazón de una cultura, con sus cicatrices, sus fantasmas y sus himnos de resistencia. Es una carta de amor al blues y una bofetada al olvido.
Ryan Coogler ha demostrado que el cine de género puede ser también cine de autor, de memoria y de protesta. Sinners no es solo una película que se ve. Es una que se siente, que se escucha y que, sobre todo, deja huella.
NOTA 9,5/10
AUDIO DE LA CLAQUETA CRÍTICA DE PECADORES
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